De un día a
otro, de un momento a otro, él, mi novio (que extraño se siente todavía
decirlo), cambia por completo su personalidad. Es capaz de pasar de ser la
persona más tierna, comprensiva, simpática e inteligente, al pelotudo más forro
y egoísta de toda la humanidad.
Una vez por
semana, su histeria masculina sale a la luz junto con sus incontables
contradicciones, acá van algunos ejemplos textuales de cómo es él en modo “normal”
y en modo “basura”:
Normal: “Te
quiero ir a abrazar ahora nenu, te extraño”
Basura: “Si
lloras por teléfono te corto, sos insufrible” / “Andate de mi casa no te
soporto”
Normal: “Cuando
nos vemos? Qué podemos hacer?”
Basura: “Si
vos no me decís que querés hacer no nos vemos, porque yo no voy a proponer
siempre” (no propone siempre)
Normal: “Bueno,
está bien, prometo ir a ver la película esa, pero por vos”
Basura: “Sabes
que odio ir al cine, no pienso ir a hacer algo que no me gusta porque vos
quieras”
Normal: “LLamame
cuando quieras amor”
Basura: “A
quién carajo se le ocurrió que hablemos por teléfono?”
Normal: “Que
te diviertas amor, pasala lindo”
Basura: “Y
como no voy a desconfiar de vos si te comiste a 439, sos una trola”
Podría
seguir y seguir la lista, pero la verdad que me deprime.
Es tan raro…
Y me siento tan idiota. Jamás entendí a la gente que se deja basurear así y
sigue ahí atrás del otro como unos pelotudos, hasta ahora que lo estoy viviendo…
Sinceramente, si hiciera un balance son lejos mucho más intensas las veces que llore como una pelotuda fracasada sola por él y sus acciones, que las veces que me fui a dormir completamente feliz.
Sinceramente, si hiciera un balance son lejos mucho más intensas las veces que llore como una pelotuda fracasada sola por él y sus acciones, que las veces que me fui a dormir completamente feliz.
Ahí está mi
problema, que él sea un egoísta bipolar es el suyo, pero el mío es no poder
parar y dejar toda esta cosa enfermiza. Lo amo, no me imagino sin él, pero
tampoco quiero o merezco todo esto cuando al inútil “le viene”. Tampoco lo sé
manejar, porque si sus rayes se basaran en cosas puntuales que haya hecho yo,
serías mucho más fácil… Pero la realidad es que son de la nada, en un minuto te
dice que no quiere pelear y al otro “algo me genera ganas de pelearte”. No sabe
que quiere… Y ven acá de nuevo una idiota enamorada, empecé a hablar de mi
problema y volví a hablar de los suyos, no me soporto, empiezo a pensar que a
lo mejor yo me siento tan para el culo conmigo misma que de alguna forma “dejo”
que él me trate como quiera. No logro encontrar un punto medio en mi vida
sentimental: o soy la forra hija de mil puta, o soy la pelotuda que se deja
forrear por un imbécil.
Me hacen mierda
estas situaciones, mi idea de una relación no es llorar una vez por semana fija
porque mi novio es un histérico bipolar que no sabe qué quiere, o mejor dicho,
que sabe qué quiere pero cambia eso que quiere cada media hora.
Esto es peor que estar sola. Estando sola lloraba una vez al mes, promedio, dependiendo de MIS estados de ánimo, por sentirme la hermana perdida de Bridget Jones. Ahora lloro una vez por semana, por los estados de ánimo DE un pibe. Y cada vez que en mi mente suena un “Si te trae más conflictos que beneficios y tanto mal te hace, mandalo a la mierda” Otra parte de mi sale y dice “Lo necesito, no quiero estar sin él”. “No me merezco esto, pero no lo quiero dejar” Parece una frase de una reverenda pelotuda, y lo es, porque es mía. Pero no puedo entender como cabe en mi mente ese “no lo quiero/ no puedo dejar”.
Esto es peor que estar sola. Estando sola lloraba una vez al mes, promedio, dependiendo de MIS estados de ánimo, por sentirme la hermana perdida de Bridget Jones. Ahora lloro una vez por semana, por los estados de ánimo DE un pibe. Y cada vez que en mi mente suena un “Si te trae más conflictos que beneficios y tanto mal te hace, mandalo a la mierda” Otra parte de mi sale y dice “Lo necesito, no quiero estar sin él”. “No me merezco esto, pero no lo quiero dejar” Parece una frase de una reverenda pelotuda, y lo es, porque es mía. Pero no puedo entender como cabe en mi mente ese “no lo quiero/ no puedo dejar”.
Me convertí
en todo lo que siempre critique, soy una gila más, entre tantas minitas, cuyos
estados de humor no dependen de sí misma, sino de otro, que en lo que
mayormente piensa es en él y cómo poder estar mejor, que lo extraña todo el
tiempo, que se banca forreadas y se calla cosas para no pelar o hacerlo sentir
mal, que vive revisando sus redes sociales y se pone mal si no me habla o no me
stalkea, que se echa la culpa de hasta la cosa más pelotuda porque no quiere
discutir sino reconciliar, que por más que sea un forro de mierda, lo querés
igual y bancas hasta la peor forreada como una completa sumisa inútil con tal de no perderlo, pero no te das cuenta
que no perdiéndolo a él, te estás perdiendo a vos.